miércoles, 22 de noviembre de 2017

44.- Cuentas ajustadas


Y hubo un tiempo en que no existían los teléfonos móviles, ni los ordenadores, ni siquiera había llegado a la mayoría de las casas el televisor y mucho menos una calculadora, hablamos de los tiempos de mi infancia en la década de los 60.

Pero las cuentas, las matemáticas aplicadas a la vida cotidiana si que existían desde hacía ya miles de años y cada cual las utilizaba lo mejor que podía y sabía.

En el desván  he encontrado este librito de cuentas ajustadas, éste quizás sea de principios del siglo XX, que utilizaban muchos agricultores para ayudarse con las cuentas al vender o comprar el grano u otros productos del campo. Venía completado con información de equivalencias, de pesos y medidas, de ferias (la mayoría de ganado) y otros datos que podían ser útiles a los propietarios de estos libritos.

Tengo guardado el que perteneció a mi padre, creo que le daba poco uso porque las "cuentas" le gustaba "ajustarlas" él mismo, libretas y libretas llenas de números con las ganancias o pérdidas de la cosecha, con los gastos de abono o de los segadores, de aceituneros y de jornales, pero éste que os muestro perteneció a mi abuelo Miguel y desde el desván de mi memoria me vienen a la mente aquellos años en que siendo niño presencié aquel ingente trabajo que llevaba aparejado el intentar vivir cultivando el campo.




























































































El día de mi primera comunión en 1963 ( 8 años ) con mis abuelos Miguel, Carmen, María Antonia y Rafael.


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