sábado, 17 de marzo de 2018

53.- Recordatorios de Primera Comunión (1966 - 2012)

Desde el desván de mi memoria viene hoy la última entrega de recordatorios de Primera Comunión correspondientes a años entre 1966 y 2012.

Aquí se afianza lo que ya veníamos diciendo en cuanto diseño y aunque algunos sigan siendo clásicos, los menos, se va imponiendo el diseño con dibujos de niños que representan a mayores y se va enriqueciendo el resultado final introduciendo papeles novedosos como el "vegetal" con su semitransparencia o los relieves y texturas, cada vez se hacen más alardes tipográficos y se introducen huecos o se cambia el formato rectangular por ejemplo por uno cuadrado inusual hasta entonces.

Hasta ahora el recordatorio era una estampa impresa normalmente por los dos lados y aparte se hacían fotografías del niño o la niña, normalmente en el estudio de un fotógrafo pero a partir de los años 80 del siglo XX empieza a integrarse la fotografía en el recordatorio y pasa a ser una única cosa.

Hemos distorsionado tanto el nombre de los niños y niñas como las caras de los mismos para preservar su intimidad. También ha venido desde el desván.

En los últimos años incluso se imprime sobre materiales diferentes al papel y se empiezan a hacer una serie de elementos complementarios como son marcapáginas-recordatorios o incluso los menús de la comida que van tomando protagonismo en detrimento de la ceremonia religiosa.

Esperamos que esta colección de marcapáginas traídos junto a los recuerdos del desván de mi memoria os hayan gustado. Otro día traeremos un complemento, al menos antes, de estas primeras comuniones como eran los misales o devocionarios que cada niño o niña llevaba aquel importante día en su mano.

Al final pongo un recuerdo de la primera comunión de mi hermana, su recordatario es uno de los que están más abajo, donde aparezco con ella y con mis padres (yo tenía en esa foto 12 años), en el brazo luzco mi primer reloj (marca "Fervic") que desgraciadamente ya no conservo y que tan importante y mayor te hacía entonces, había un antes y un después de tener reloj propio, equivalente de algún modo a tener ahora un móvil.


























































































































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