lunes, 8 de junio de 2020

69.- Tejados de Medina Sidonia


Los tejados de Medina Sidonia

Hoy entré en el desván de mi memoria y me encontré con un libro y tres pequeñas tejas. El libro escrito en portugués y editado en Sao Paulo (Brasil) está dedicado al Turismo y el Patrimonio Cultural y en su portada reproduce una fotografía mía de un detalle de un tejado de Medina Sidonia.




La fotografía me la pidió, a través de internet, la autora del libro porque consideraba que esa fotografía de un cachito de Medina Sidonia expresaba bien la idea de que el turismo está ligado al patrimonio de un lugar y de ahí la importancia de su conservación.

Desde el desván de mi memoria llegan también tres miniaturas de tejas que compré aproximadamente en el año 1977, hace 43 años, cuando aún estaba en la Universidad de Granada estudiando Arquitectura Técnica, compré éstas y otras miniaturas de bovedillas, ladrillos, tejas planas... que era el mundo al que creía me iba a dedicar, el de la construcción, y en el que sólo estuve un año antes de aprobar las oposiciones para profesor de Dibujo que ha ocupado el resto de mi vida laboral.


Al desván de mi memoria vienen muchos recuerdos relacionados con los tejados, aunque de los que quiero hablar son los de Medina Sidonia pero hay que empezar por el principio.

Los humanos hemos construido hábitats en todos los lugares del mundo a los que hemos llegado y en cada sitio hemos tenido que adaptarnos, con nuestros conocimientos presentes y adquiridos por las generaciones pasadas, al clima de cada lugar y a los materiales disponibles en la zona.

Actualmente compramos diferentes bienes que se han realizado en lugares distantes, la mayoría en China, pero antes el comercio de la mayoría era de proximidad porque era más asequible entre otras razones (imaginad qué parte del precio de vuestro móvil se ha ido en pagar el combustible de los medios de transporte que lo trajeron a tus manos: camión, tren, barco, camión, furgoneta).


Un tejado en construcción en China y unas tejas de cerámica vidriada también chinas.



Hace miles de años los hombres vivían en cuevas y refugios naturales o realizaban chozas para protegerse de la lluvia, del calor, del frío o del viento. Pero poco a poco el hombre empezó a utilizar con más éxito todo aquello que estaba a su alcance, las casas empezaron a ser de tierra, de adobe, de ladrillo, de madera, de piedra, de hierro, de hormigón o de materiales sintéticos variados. 

La parte superior de la casa ha de protegernos de la temperatura, del viento y principalmente de la lluvia en sus diferentes formas (niebla, agua, nieve, granizo) para ello las casas a lo largo de los siglos han sido cubiertas con materiales como paja, ramas, tierra, piedra, ladrillos y cerámica, madera, metal (cobre, zinc…) y actualmente también con materiales sintéticos diversos, aunque lo más normal eran tejas de diferentes materiales y formas, colocadas también de formas variadas, lo que ha dado lugar a la diversidad de construcciones en diferentes partes de la comunidad, del país o del mundo que es una de las razones por las que viajamos, para poder conocer otras formas de entender la ciudad y la vida.


Aquí diversas construcciones en un pueblo asturiano, todas con tejados de pizarra pero cada una con tamaños, formas y procedimientos diferentes.


La fotografía anterior ilustra un tejado donde sólo están las tejas de canales, modo en que se colocan en diversos pueblos de la provincia de Segovia.




Tejados romanos con tejas romanas, mitad curva, mitad plana para la parte de la canal.

Teja romana


Aunque hay tejados con diferentes formas de colocación, la más tradicional es en hileras de tejas parcialmente superpuestas mirando hacia arriba para conducir el agua hasta fuera de la fachada (canales) y luego otras filas mirando hacia abajo (cobijas) y tapando el espacio dejado por las canales que reciben el agua y la envían a las canales. Esas hileras de tejas que han de cubrir todo el tejado han de tener una inclinación para que el agua no se estanque y al llegar a la fachada o bien se expulsa directamente al aire para que el agua termine en el suelo o bien se recoge en un canalón que lo llevará hasta una bajante y luego al suelo o a la red de alcantarillado.


Tejado en Vera (Almería) y los de abajo en Huelma (Jaén). Tejados con poca pendiente y tejas con poca sujeción (el viento allí no es un problema importante) y canalones y bajantes para recoger el agua.



Pero centrémonos en los tejados de Medina Sidonia, lo primero que nos extraña a los que llegamos de lugares más lejanos es la inclinación, bastante fuerte, que la mayoría de las veces cambia casi llegando a la fachada, recuerda a veces a ciertos tejados chinos.




Hay que tener en cuenta que en Medina Sidonia y zonas próximas suele haber precipitaciones intensas, con caída de muchos litros por metro cuadrado en poco tiempo por lo que un tejado con bastante inclinación ayudará a que el agua se evacúe pronto. El cambio de pendiente permite que el agua salga disparada, cuando es muy intensa, de la fachada ya que no suelen colocarse canalones. 



No se colocan canalones porque dependiendo de la cantidad de agua ésta se precipitará más o menos cerca de la fachada y los canalones tendrían que ser bastante anchos, pero hay otra razón que yo considero más importante, en esta zona hay muchos días de fuertes vientos, especialmente relevante es el viento de levante, por la fuerza con la que actúa varias veces al año ya que las rachas superan con cierta frecuencia velocidades de 80, 100 o más km/h lo que hace que el canalón pueda salir volando si no está muy bien sujeto. Por otra parte esos vientos suelen levantar polvo y tierra que rellenan los canalones que con las semillas hace que crezcan plantas de considerable tamaño y por tanto obturen el canalón y deje de cumplir su cometido.



Ya tenemos dos características de los tejados asidonenses, tienen bastante inclinación que se suaviza al final y no suelen tener canalones (hablamos de los tradicionales).

Otra de las características de nuestros tejados es que las tejas están firmemente sujetas con mortero de cal (que es más flexible para los cambios de temperaturas que los morteros de cemento), la razón vuelve  a ser el viento de levante que en otro caso las arrancaría y las volaría, con sus fuertes rachas, con el peligro consiguiente para el propio tejado que quedaría roto y de los viandantes que pueden recibir un fuerte golpe, en muchos caso mortal, de la teja o sus trozos.





¿Y cómo son las tejas?, las tejas tradicionales asidonenses son de barro blanco de la zona, torneadas en forma de tronco de cono y luego partido por la mitad, secadas y posteriormente cocidas. Por tanto no son tejas de tipo árabe ni romano, la teja árabe (quizás de las más comunes en el resto de España) se hacía con molde de madera que le daba un ligero abombamiento a un trapecio cortado de barro (actualmente está todo mecanizado) y las romanas, con una parte curva y otra plana, están hechas con molde.



¿Qué está sucediendo en la actualidad con los tejados de Medina Sidonia? 

-Cada vez que se renueva un tejado de forma importante se suelen sustituir las tejas por otros tipos (teja árabe, de arcilla roja, supuestamente envejecida) porque normalmente se rompen las antiguas (están firmemente cogidas al tejado con el mortero de cal) y en el mercado no se encuentran fácilmente las tejas tradicionales.



- La construcción de tejas está bastante centralizada con producción en zonas concretas (en Andalucía la mayor parte se realizan en Bailén en la provincia de Jaén) por lo que las arcillas son las de aquel lugar y las formas comercializadas más estándar son de teja árabe y es la que se vende para todos los lugares independientemente de las características de la arquitectura de cada lugar. También están en el mercado las tejas de hormigón de diferentes colores u otros materiales por lo que se agrava el problema.



-Si se rehace la casa ni siquiera se conserva la forma tradicional del tejado (pendiente fuerte y cambio al final) sino que se hace con pendiente uniforme y menos pronunciada o es sustituida por una azotea (en la mayoría de los casos impermeabilizada con caucho rojo).


-Si se construye una casa nueva no se proyectan los tejados con la tipología tradicional ni con los materiales tradicionales ni siquiera en el casco histórico.



-Se está permitiendo que incluso en edificios protegidos por el plan urbanístico como son casas tradicionales, pero también monumentos, no se respeten sus tejados o bien por la forma o por la teja como ha ocurrido por ejemplo en el convento de San Cristóbal o en la casa parroquial de la Calle Espíritu Santo.



Ni las autoridades suelen controlar este tipo de atentado urbanístico (ayuntamiento o servicios provinciales de cultura), ni los profesionales lo tienen la mayoría de las veces en cuenta (constructores, arquitectos, ingenieros de la edificación, almacenes de materiales), ni los clientes (en su mayoría) exigen este tipo de actuaciones para conservar materiales y formas tradicionales.



Esto está provocando la pérdida de una de las señas de identidad de la arquitectura de Medina Sidonia. 



Los visitantes y turistas van a una localidad buscando su autenticidad y su singularidad, si todos los pueblos fuesen iguales ¿por qué tendríamos curiosidad para visitarlos? Y si los pueblos no son auténticos vayamos mejor a un parque de atracciones que está recreado simulando que estás en otro lugar.

Si perdemos el patrimonio arquitectónico perderemos una de las esencias por las que nos visitan y será como si perdemos la de nuestros alfajores por lo que no habrá razón para venir a Medina Sidonia a comprar los dulces.

Por supuesto que hay que conservar los edificios más nobles de nuestro patrimonio como las iglesias, conventos, edificio del ayuntamiento, casas señoriales, etc. Pero si abandonamos y perdemos la arquitectura popular perderemos la esencia de nuestro pueblo y la razón para visitarlo. Y dentro de esa conservación tienen un papel muy importante los tejados, porque son grandes y se ven mucho, porque estamos en pendiente y se ven los tejados desde arriba, porque tenemos diferentes miradores que nos hacen ver los tejados y azoteas (castillo, torre de la iglesia Mayor, miradores…)


Y esto que escribo y defiendo para Medina Sidonia es extrapolable a multitud de localidades de toda España con sus características propias, uno de ellos donde sí se defiende es en el pueblo almeriense de Velez Blanco, en Zahara de la Sierra (Cádiz) también se cuida este aspecto y supongo que en muchos otros, aunque no demasiados.






En una casa destaca su fachada, con puertas, ventanas, zócalos o la ausencia de ellos, balcones, adornos, tipo de pintura y tejados. Todo ello es nuestro patrimonio y por tanto obligación de conservarlo, tanto por los propios dueños como por los poderes públicos que lo han de controlar, vigilar y sancionar en su caso si no se respeta.



Defendamos la arquitectura tradicional de Medina Sidonia y sus diferentes elementos, entre ellos y de una forma muy destacada los tejados.


Y hasta aquí llegó mi desván y parte de mi memoria sobre los tejados, en especial los de Medina Sidonia que completo con las que debieran usarse de manera ordinaria.


Tejado antiguo en Medina Sidonia con las tejas semicirculares tradicionales:



Tejas tradicionales de Medina Sidonia desmontadas, limpiadas y reutilizadas de nuevo en la restauración de una casa:





Tejado rehecho con tejas nuevas semejantes a las tradicionales de Medina Sidonia aunque más pequeñas:




Un buen ejemplo de tejado conservando tipo de teja, color de la misma (arcilla blanca) y forma, lo podemos tener en la siguiente fotografía:

Finca La Flora en Medina Sidonia