viernes, 30 de abril de 2021

82.- Bouza


Tuve la suerte de conocer a Bouza, ésta es una historia de la mili, de parte de mi mili, de mi vida y mucho más.

Hubiese preferido no hacer el servicio militar, para mí con 21 años era perder un año de mi vida, no me gustaba el ejército ni lo que representaba, recién terminado en la universidad tenía por delante un año y pico por perder, la alternativa era declararse objetor de conciencia e ir a una prisión militar, sería años más tarde cuando se promulgara la ley que admitía la objeción para no incorporarse al ejército y hacer un servicio civil sustitutorio.

Yo en realidad no era objetor de conciencia, simplemente me hubiera gustado no hacer la mili si hubiese podido elegir, a lo largo de los años he visto como a veces hay que obligar a hacer algo para que después puedas apreciarlo, algo así me ha pasado a mí, ahora que lo veo con la perspectiva de los años me doy cuenta de lo mucho que habría perdido si no la hubiese hecho, las personas que no habría conocido, los momentos que no habría vivido…

El día 5 de enero de 1978 salimos, en nuestro Renault 10 de tercera mano que mi padre había comprado unos años antes, hacia la estación de Jaén donde tenía que presentarme con el petate que días antes me habían entregado para que desde allí me llevasen a mi destino, largo viaje me esperaba en aquel tren especial hasta Vitoria.


Era temprano, hacía frío y una niebla espesa, conducía yo y me acompañaban mis padres y mis hermanos, aquel viaje de Huelma a Jaén sería el último que realizaría con mi madre que falleció un mes después.


Llegamos el día 6, como regalo de Reyes de aquel año, al Centro de Instrucción de Reclutas de Araca (Vitoria) (CIR nº 11) donde pasaría un par de meses con la instrucción, dos nevadas, el inesperado viaje a Huelma al funeral de mi madre y el destino definitivo al Regimiento de Caballería España nº 11 de Burgos con la propuesta para ser cabo.


Un día en Vitoria, y sólo unos minutos después de pasar por una de sus calles, asesinaron de un tiro a mi paisano Miguel Raya Aguilar, policía nacional destinado allí y sólo 4 años mayor que yo, junto a dos compañeros, fue el 5 de marzo pocos días antes de marcharme para Burgos.


Me gustó el destino porque dentro de la 6ª Región Militar era el lugar situado más al sur y por tanto un poco más cerca de mi casa y de mi familia que tanto echaba de menos en aquellas circunstancias y además el único dentro de esa región militar fuera del País Vasco donde ETA seguía matando a policías y militares.



En el cuartel fui destinado al Escuadrón Mecanizado, menos mal, porque era el único escuadrón que no tenía una disciplina férrea por la utilización de los carros de combate, allí aprendí que no podía decir “tanque”. El escuadrón mecanizado tenía que estar provisto de los TOA´s (Transporte Oruga Autopropulsado) para transporte de tropas, pero éstos no llegaron hasta después de haber terminado mi mili y nuestra dotación eran Land Rover que arrastraban morteros pesados del 120 mm de diámetro, de uno de ellos fui jefe de pelotón.


A los pocos días de incorporarme fui llamado por el capitán a su despacho, miedo me daba, ¿qué había hecho? ¿para qué me quería? Entro, saludo y espero a que me responda, me pregunta si yo era Arquitecto Técnico (en mi ficha estaban todos esos datos) y si estaba dispuesto a dirigir una oficina, con ayuda de otros dos compañeros, para ayudarle con los ejercicios de topografía de su curso de ascenso a comandante. Por supuesto le dije que sí, que contara conmigo, nos instalamos enfrente de su despacho en otro que hasta ese momento estaba vacío, allí estábamos Salvador Pineda, Luis S. Direitinho y yo para realizar aquellos trabajos y escaquearnos con aquella excusa cada vez que pudiésemos, allí aprendí el significado de la palabra “escaqueo” aunque realmente me escaqueé bien poco. El capitán aprobó aquellos trabajos y yo tuve que prepararme para el curso de cabo 1º para el que el capitán me había propuesto después de llevar unos meses de cabo.


En éstas estábamos, con oficina nueva con un trabajo que nos gustaba y que sustituía a la aburrida instrucción o a la gimnasia, cuando me avisan que un comandante quiere hablar conmigo, eso eran palabras mayores, ir a Mayoría llamado por un jefe, ¿qué querría? ¿qué había hecho yo ahora? Me presenté en su oficina, al lado del despacho del coronel, con el lógico miedo. El comandante me saluda, me pregunta de dónde soy, qué he estudiado, cómo me va y me dice: yo también soy Arquitecto Técnico, ¿podrías colaborar conmigo en un proyecto que tenemos entre manos?, por supuesto le dije que sí, sin saber aún de qué se trataba.


El Regimiento de Caballería Acorada de Montaña España nº 11, al que pertenecíamos tenía tras de sí una larguísima historia que se remontaba a varios siglos atrás, pero llevaba en Burgos desde el año 1883. Durante los más de 100 años que estuvo en Burgos ocupó distintas localizaciones y del cuartel de San Pablo que estaba en un extremo de la ciudad (nosotros estábamos a unos kilómetros en un acuartelamiento nuevo que compartíamos con Infantería y con Artillería en el término de Castrillo del Val, actual base del Cid Campeador) sólo se había conservado una parte del frontón de la entrada que estaba tallado con un escudo, diversas banderas y un león.






El comandante Bouza, así se llamaba, pretendía con el beneplácito del coronel recuperar aquellas piedras y montarlas de nuevo como recuerdo de la historia del Regimiento y para ello me solicitaba mi colaboración. ¡Qué bien¡ otro encargo, no sería el último, para hacer más llevadera y provechosa mi mili.

No sabía aún que acababa de conocer a una gran persona, a un gran intelectual y a un amigo, un gran amigo.

El capitán eligió a los cinco candidatos para cabos primeros, yo era uno de ellos, y aunque ninguno superamos el examen físico (lo de saltar plintos y potros no era lo nuestro) el capitán firmó los aptos y pasamos a ejercer los trabajos propios de suboficiales, aunque fuésemos tropa, además yo tenía una oficina propia con dos colaboradores dentro del propio escuadrón para los trabajos de topografía y también teníamos que hacer “UN MONUMENTO”.




Recuerdo el día que fuimos a ver al cantero, las piedras talladas que teníamos había que suplementarlas con otras para completar el espacio, era el taller de Manrique, un magnífico artesano y un verdadero artista de la piedra (el taller aún existe y es llevado por sus hijos). Fue un día estupendo, allí hablaban Bouza y Manrique de arte, de tipos de piedra, de talla… aquello era como estar en una tertulia de personas muy conocedoras de lo que hablaban y que tenían mucho que decir… yo escuchaba.


Poco a poco fui sabiendo algo más del comandante Manuel Bouza, por lo pronto sabía que además de comandante en el ejército había estudiado Arquitectura Técnica en Burgos. Luego me enteré que además escribía, qué raro, con la idea que yo tenía de los militares y no se ajustaba para nada al Bouza que yo estaba descubriendo, no era un escritor cualquiera, tenía varios libros traducidos a distintos idiomas, que era pionero en la poesía visual, uno de los creadores de la revista ARTESA que marcaría la vida cultural de Burgos, que había hecho sus pinitos como pintor, fundador de la Galería de Arte Berruguete, realizador del Museo Condestables de Castilla del Monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar (Burgos), experto en antigüedades, crítico de arte y crítico literario… un verdadero intelectual y yo estaba colaborando en el cuartel con él.






La mili avanzaba, los trabajos de topografía del capitán también y el monumento poco a poco iba tomando forma.

Un día, el teniente Reyes, encargado de mantenimiento, me dijo que lo acompañara a buscar tierra idónea para el jardín del monumento y plantas silvestres que pudiesen ir bien en el mismo. Cogimos un jeep con su conductor y nos fuimos al campo de maniobras que estaba en la sierra inmediata en la parte trasera del acuartelamiento. Acababan de llegar nuevos carros de combate y estaban probándolos, nos paramos en un lugar para no estorbar y las diferentes unidades de carros nos tomaron como referencia para girar, el teniente tuvo una premonición y mandó al conductor !quítate de aquí que estos bichos son peligrosos¡. El soldado obedeció y nos fuimos de allí, el siguiente que hizo la maniobra de giro, para ello se frena una de las cadenas tractoras, en el lugar que acabábamos de abandonar lo hizo bruscamente, se partió la cadena y el vehículo realizó un extraño desplazándose sin control, si hubiésemos seguido allí nos hubiese arrastrado con él y quién sabe lo que hubiese sucedido.


Ir con el teniente Reyes era agradable, me preguntaba si sabía qué personajes estaban relacionados con el pueblo de Roa y me explicaba cómo fue allí donde ejecutaron a El Empecinado, héroe de la Guerra de la Independencia y personaje de una de las obras de Benito Pérez Galdós. El teniente Reyes era sevillano, llevaba toda su vida en el ejército, siempre fue amable, respetuoso y cariñoso conmigo.


Otro día me dirigí a Mayoría, no sé a qué, y de pronto salió de su despacho muy nervioso el comandante Bouza y me ordenó: Coge un jeep con un conductor e id rápido al campo de maniobras, están probando el tiro con munición de los nuevos carros y están pasando los obuses cerca del campanario del pueblo. No sé si estaban amenazando, con las miras aún mal equilibradas, al campanario de Cardeñuela Riopico o al de Quintanilla. 

Cuando en verano nos llegó el tiempo para el mes de permiso, Direitinho y yo pensamos que si nos quedábamos ese mes con poca gente en el escuadrón estaríamos bien y que cuando volviesen los demás nos iríamos nosotros. Hablé con el comandante Bouza y le pedí el favor, el habló con el responsable y nos lo concedieron, entonces empezó nuestra pesadilla, como los demás cabos se habían ido, todos los servicios nos tocaban a nosotros, era un sin parar, cuando llevábamos tres o cuatro días así nos dimos cuenta de nuestra metedura de pata, íbamos a estar un mes verdaderamente fastidiados; fui de nuevo al comandante Bouza y le expliqué nuestra situación y si podía ser reversible y darnos el permiso para marchar a casa, no me pidió más explicaciones y de nuevo intervino para que nos pudiésemos ir, cosa que hicimos al día siguiente.


Volvimos del mes de permiso y el coronel me tenía dos encargos pendientes, uno de ellos era realizar un campo de fútbol (sin gradas, claro, sólo el terreno de juego) y a ello me dispuse, sin demasiada idea, a calcular cómo íbamos a hacer el drenaje para el campo para evitar su inundación con lluvia, canalizaciones, base de grava y encima la tierra vegetal para plantar el césped, no sé si se llegó a terminar y si su funcionamiento fue el adecuado, yo hice lo que pude, actualmente desde luego no existe.


Otro día, creo que a través del comandante Bouza, me llamó el coronel de nuestro Regimiento a su despacho, ufff, otro soponcio, entre otras cosas tenía que hablarle de usía, ¿da usía su permiso? , lo que usía ordene…

El coronel Tena-Dávila llegaría a general de Brigada el siguiente año y pasaría a la reserva con el grado de General de División unos años después.

El coronel quería que le diseñase una tienda de campaña para las maniobras, que fuese lo suficientemente alta para poder estar de pie en ella (era bastante alto) y que no necesitase “vientos” para sustentarla porque cuando de madrugada tenía que salir a hacer pis no quería tropezar con las cuerdas.


Me puse a ello y pasé los dibujos de la estructura a talleres, el sargento que la iba a hacer junto a los soldados me recibió de malos modos porque consideraba aquello una intrusión en su trabajo, ¿quién era yo para diseñar aquello cuando el especialista era él?, seguramente llevaba razón, pero yo era un mandado. Para evitar los vientos lo que hice fue reforzar todas las esquinas en los ensamblajes de los tubos y quizás poner cruces de san Andrés en algunos lados, tampoco sé los resultados, cuando me licencié aún no se había terminado (el sargento no ponía mucho interés en la tarea, bien por fastidiarme o bien por no sufrir las consecuencias si aquello al final resultaba un bodrio) por lo que no pude saber el resultado de mi diseño.


El monumento iba avanzando poco a poco, base de hormigón para elevarlo sobre el suelo y luego la colocación de las distintas piedras con los dibujos del escudo, diferentes banderas, bolas de cañón y un gran león, todo ello había que completarlo con las piedras que estaba preparando el cantero Manrique para los huecos que quedaban y rematarlo todo con un marco también de piedra. Luego había que adecentar el jardín con los parterres con distintas especies de plantas para dar al conjunto el ornato que merecía tal monumento que representaba la historia del regimiento.


Hace unas semanas me puse a averiguar con ayuda de Google Maps si el monumento aún se encontraba en el lugar que lo dejé, yo recordaba perfectamente que se había situado en el jardín que había a la derecha del edificio de Mayoría y en la fotografía aérea no aparecía, indagué en la historia del Regimiento y supe de su traslado a Zaragoza en el año 1986, tal vez estuviera allí.


Me dirigí por correo electrónico y recibí la amable contestación que dice:

Estimado Miguel Roa

Contestando a sus preguntas, el monumento se conserva, de hecho, forma parte del Inventario Patrimonial del Ejército.

En 2014 el Regimiento de Artillería ubicado en la Base Militar de Castrillo del Val ofreció el tímpano del antiguo Cuartel de Caballería, al Regimiento España por su vinculación con el mismo (fue su último ocupante). El Regimiento España en 1986 con la reorganización del Ejército se trasladó de Burgos a Zaragoza, dejando únicamente el Tímpano.

Solicitadas las autorizaciones, y después de un informe técnico para su viabilidad. Se inició el desmontaje, traslado y montaje a comienzo de julio de 2014, finalizando el día 25 del mismo mes. Se inauguró en su nueva ubicación el Día de Santiago, patrón del Arma.

Atentamente

Stte. Campo

Oficina de Mando

REGIMIENTO CABALLERIA ESPAÑA Nº 11

Base San Jorge



La fotografía anterior corresponde a su ubicación en la base de Castrillo del Val en Burgos, tal y como quedó de la actuación en la que colaboré bajo las órdenes del comandante Bouza.

El escrito viene acompañado de tres fotografías, dos mientras se volvió a montar y una del estado actual.




He tenido la suerte de reencontrar aquel monumento de piedra que me hizo conocer a Manolo Bouza.

Se acercaba la Navidad y aún quedaba un importante encargo de mi capitán, ¡Roa, tienes que hacer un Belén para el concurso de Burgos! ¡Cuenta con lo que te haga falta¡


La historia de ese belén, que ganó el 2º Premio de Belenes en el taller del concurso de 1978 lo contaremos en otro momento ya que merece lugar y mención aparte.


En marzo terminaba la mili, el capitán solicitó para mí un diploma por buen comportamiento que traté de rechazar, el brigada, que me tenía en aprecio, me hizo ver que los honores no se desprecian y que sería de mala educación el no querer recibirlo. Ahora lo conservo con cariño por todo lo que representó esa etapa de mi vida, especialmente por toda la gente que conocí.


Fui a despedirme del comandante Bouza, al que le estaba muy agradecido por todas las deferencias y atenciones que había tenido conmigo y en ese momento me regaló un libro de poesía escrito por él con la siguiente dedicatoria: 

Este Castilla desde mi centauro es para Miguel Roa Guzmán, ejemplo en la Arquitectura y en la Milicia. Y ejemplar en su persona. Con el mayor afecto de tu amigo Antonio L. Bouza.

Burgos 20-III-1979








En ese momento dejó de ser mi comandante para pasar a ser mi amigo hasta su fallecimiento a finales del año pasado, 41 años después.

Entonces supe que Antonio L. Bouza y Manuel Bouza Balbás eran la misma persona, el primero el seudónimo como escritor, crítico o artista y el segundo su nombre verdadero.

A los pocos meses de terminar el servicio militar empecé a trabajar en una empresa constructora y de montajes eléctricos que trabajaba fundamentalmente para la Diputación Provincial de Granada y para la Compañía Sevillana de Electricidad, la experiencia fue interesante y en algún momento la contaré, pero aquello no iba bien, no me pagaba (ni a mí ni a ningún empleado o lo hacía con enorme retraso), no tenía futuro.


Por ello decidí presentarme a las oposiciones que se celebrarían en el verano de 1980 en Madrid para ser profesor de dibujo, las aprobé a la primera y me incorporé al Instituto de Formación Profesional de Vera (Almería) en septiembre de ese año.


En diciembre felicité las navidades a Manolo Bouza y a su mujer Carmina y como respuesta recibí la siguiente carta:

Muchas gracias, querido ex-cabo 1º Roa y ya amigo Miguel, por tu recuerdo y felicitación. Y mi enhorabuena por tu brillante entrada en el profesorado.

Yo también he cambiado de profesión, pues me pasé a un destino civil, en el Ministerio del Interior; en el Gobierno Civil de aquí, me tienes a tu disposición como Jefe Adjunto del Servicio de Protección Civil, y en mi casa, naturalmente. 

Ahora me dedico más de lleno a la literatura y al arte.

Mis mejores deseos para ti y los tuyos y mi amistad y afecto de siempre. 

Manolo Bouza.

Me sorprendió en ese momento el abandono de su carrera militar, hubiese llegado fácilmente a General pero prefirió dedicarse a la creación literaria de lleno.

A partir de entonces Manolo y Carmina empezaron a formar parte primero de mi vida y después de la nuestra, de Ximena, de Pablo y mía.

 A lo largo de los años nos hemos visitado unas cuantas veces, nos hemos escrito, hemos hablado por teléfono, hemos intercambiado regalos, pero sobre todo siempre hemos sabido que estaban ahí con esa complicidad, humor y cariño que siempre han demostrado.

Cuando nos casamos nos regalaron un precioso cuadro del pintor postimpresionista Próspero G. Gallardo, a una de cuyas pinturas Manolo dedicó esta poesía:

Extraña claridad que pertenece
A un cielo en movimiento atormentado;
Una mies que el pincel aún no ha segado
Un camino que va donde perece.

En la llanura un árbol que adolece
Del agua que jamás allí ha brotado.
Al oeste un paredón abandonado
Donde un sol mineral se desvanece.

Hay nostalgias de orillas y corrientes
De sombras que conversan bajo el río:
De muchachas desnudas en los puentes.

Hay quieto por el aire un griterío
Y un color que soñando trascendencia
Exhala sobre el cuadro transparencia.


El cuadro fue acompañado de esta nota:

Burgos 25-I-85

Queridos amigos: Para que tengas Miguel, un recuerdo de los paisajes del Burgos de tu “mili”, te envío un cuadrito de un excelente pintor. Espero que os agrade. Como verás, firmo la biografía del catálogo (como hago con todos mis libros y artículos) como Antonio L. Bouza que es “mi nombre de guerra”. Por cierto, que en primavera expondrá en Granada un buen pintor y buen amigo, Paco Conesa.

Y sin otra que desearos felicidad, recibid nuestro más cordial saludo.

Manolo Bouza y Carmina.





Cuando nació Pablo recibimos un precioso dibujo original de un reconocido ilustrador de libros infantiles, en unas navidades una talla de Cristo con varios siglos, otra, una réplica del cofre del Cid con sus pergaminos en edición facsímil…







Lo mejor siempre fueron nuestros encuentros, nunca importó nuestra diferencia de edad, Carmina y Manolo nos trataron como familia, recuerdo en la Expo del 92 en Sevilla, pasamos una excelente tarde-noche de conversación y disfrute en el Pabellón de España donde nos quedamos hasta ver los fuegos artificiales sobre el lago con los que terminaba el día. Nos habíamos encontrado unos meses antes, durante la Semana Santa, en Burgos.






En ese año le pedimos el favor a Manolo de que leyese como crítico literario la novela “NOS” de nuestro amigo y compañero de Guadix, Miguel Arnas, esa crítica sirvió a Miguel para revisar su obra y cambiar algunos enfoques que darían posteriormente con la publicación de la misma en la Editorial Nazarí, actualmente Miguel Arnas es un reputado escritor.




Cuando los visitamos en Burgos con Pablo se preocuparon de buscarle amigos para la ocasión, así conocimos a sus ahijados Eduardo y Loli con sus hijos Carmen y Tomás, nuestro hijo Pablo después de 30 años mantiene contacto con ellos, arquitectos los dos en Burgos.


Disfrutamos de forma especial nuestras visitas guiadas a Burgos, a Castrojeriz o a otros lugares de la provincia de Burgos porque nunca te cansabas de escuchar a Manolo o a Carmina.






Reproduzco una de sus cartas de 1993 donde su fino sentido del humor y sus recomendaciones para “futuras compras de arte” no tienen desperdicio, lástima que no hayamos podido seguir sus consejos:

Mucho hemos sentido, queridos amigos, no coincidir con vosotros en Madrid. Con la agravante de que teníamos que pasar, a finales de marzo, una semana allí. Pero nos veremos de alguna manera.

Hemos recibido, con vuestra carta, los ex libris de F. Huarte Morton, un personaje de lo más curioso con quien me vi cuando preparaba mi libro. Muchas gracias por vuestro envío, que me viene muy bien para tenerlo a mano y consultar. Estáis en todo.

Ahora que andáis en pleno éxtasis artístico, seguro que incrementaréis la pinacoteca Roa-Prieto; hacedme caso: nada de firmas corrientes. Buenos anónimos antiguos y algún que otro Gris, Van Gogh y Picasso; sin olvidar un par de figurativos noucentistas catalanes. Poco pero selecto. Como vuestra duquesa de ahí en lo de poca cosa ella y Grande.

Comprendo al pobre Pablo y alabo su mesurada manera de expresar el cansancio/aburrimiento artístico; el hijo de unos amigos nuestros, yendo todavía en sillita, se durmió ante un Miró (lo “miró” y cayó frito). Y estando de visita en Burgos, algo mayor, en cuanto escuchó decir a su madre y a Carmina que pretendían ir con él a una exposición, dijo con su media lengua: “Joder, qué día me estáis dando”. Y lo que ya no es reproducible fue la contestación de su madre.

En fin, que celebramos el éxito de vuestro periplo madrileño y os esperamos. Sin descartar, un año próximo de éstos, una visita siquiera a Cádiz, que nos resultó muy agradable en otra ocasión.

Un fuerte abrazo para los tres.

Manolo





Queridos amigos: De verdad que sentimos no veros, pero tenemos la esperanza de haceros una visita, nos gustaría mucho pasar unos días en Cádiz. Ya os informaremos.

La postal es para Pablo; aunque lo que de verdad se merece es una laureada de San Fernando; por no haberos repudiado en Madrid ¡Pobre criatura¡ La postal no es tan hermosa como las que nos mandasteis de Italia; pero es para que no olvide Burgos.

Un abrazo para los tres.

Carmina.



En 1994 pudimos visitarlos y fuimos huéspedes de su gran hospitalidad, una carta después de nuestra visita da idea de la misma:

Burgos 25-IX-1994

Muy queridos amigos: Estamos todavía impresionados por la velocidad (célere) en escribir, apenas desembarcados en Medina; que, por cierto, deberíais ver (para otro año) una de las restantes Medinas, Medina de Pomar. Mucho hemos sentido lo de Pablo y nos ha impresionado su entereza, que era para dolerle. Y, como no, deploramos nuestra imperfecta hospitalidad por causas del traslado y comienzo de las obras en casa, Aunque viéndolo desde otro punto de vista, teníamos en agosto mejor ánimo y humor que un mes más tarde, pese a que va avanzada la rehabilitación. No es agradable el derribo ni vivir en precario.

Muchas gracias por las fotografías antiguas, que me parecen de gran interés para recreación por parte de nuestro amigo pintor, a quien van a ir destinadas. Pensaba él venir, pero al resultar imposible, si inaugura ahora en Madrid, las llevaremos a la exposición, y de retrasarse, las mandaríamos a su casa de Oviedo. También es muy curioso lo de Largo Caballero; y miserable el soneto de Manuel Machado. Había hojeado hace tiempo el libro de Joaquín Arrarás, pero no debí ver esa horripilante adulación introductoria; una muestra de lo que puede degradarse un buen poeta por compromisos políticos.

Capítulo aparte merecen las fotografías de Miguel, con el espléndido primer plano de Carmina, los niños y la ambientación medieval perfecta para Doña Ximena, con bufone (io) e tocatorre de féminas. Saludos en nombre de Loli, Carmen y Tomás, que me parece ha debido escribir ya a Pablo, por quien sigue sintiendo un excepcional afecto.

Acompañamos el prometido libro de picaresca jacobea escrito por un antiguo amigo, técnico con puestos destacados con cualquier gobierno, o sea de una habilidad suma; y sin haberse dedicado antes (otro librito y artículos pocos) ha conseguido un acierto increíble desde todos los aspectos. Es más, aparte de su mérito intrínseco, sólo en Galicia ha debido vender cantidad de ejemplares.

Y sin más cosas nuevas ni historicidades que contaros, me despido con el mejor de los abrazos.

Manolo



Poco tiempo después se completaba la historia con el pintor, impagables las misivas llenas siempre de buen humor, fina ironía y gran cariño de una persona acostumbrada a tratar con personajes como Vicente Alexandre, Miguel Ángel Asturias, Octavio Paz, Camilo José Cela, Eduardo Chillida, Dámaso Alonso o el mismo rey Juan Carlos I con el que mantenía amistad desde 1955.

Burgos 29-XII-1994

Queridos leugim, anemix y olbap: Llegó el dulce acorazado a puerto castellano. Y con la preciosa mercancía y la carta/magia del ordenador. Muchas gracias; vuestro nombre será bendito por cuantos participan de las delicias y aromas de Medina Sidonia. Salud y larga vida con sueños de un oasis-paraíso ideal entre Vegadeo y Medina; un lugar donde llueva “pabajo” y no “delao”.

Con las obras y las sobras /flecos que no terminan nunca) ya ni sé si os escribimos agradeciendo las fotografías… que envié a Luis Vigil… añadiendo que para con los señores que tan generosamente las regalaban tuviese un detalle de buena voluntad… pictórica, porque está (cuando está) cual capra asturcona.

Magnífico el ordeñador (hablando de cabras) que permite maravillas tales como reproduciros (la efigie, no la familia) y mostrar al mundo las EXCELENCIAS DE VUESTRA CIUDAD (se me han ido las mayúsculas). Aunque la bicicleta os diese un enorme susto. ¿Cómo está Pablo? Suponemos que bien porque entre que los niños flotan siempre y el trabajo (es su destino) del Ángel de la Guarda, suelen salir indemnes de tales atentados… y hasta del pésimo ejemplo que solemos darles (por rollos) los mayores. En general, debe entenderse, que nosotros/vosotros constituimos la excepción entre vosotros/nosotros.

Las calcomanías de época modernista son para Pablo, pero podéis curiosearlas también vosotros. Y como complemento de animación, los Caprichos/Desastres de Goya… además de nuestro mejor abrazo.

Manolo

A la que seguía otra de donde extraigo este fragmento:

Recordados amigos: Os devolvemos el “material” fotográfico que no se ha llevado (tras larga contemplación) el ínclito pintor Luis R. Vigil. Acaba de pasar con nosotros ¡cinco días seguidos, cinco¡, en un sosiego (para él) ilustrado antes de partir, a comienzos de octubre, para un año en Roma, en la Academia de España, becado por el estado (más bien el Gobierno) español, y tras superar un fuerte Concurso-oposición eliminatorio. Por cierto que es el último curso que funcionará la histórica Academia ¿?.

En canuto aparte va un dibujo del susodicho espécimen pictórico; una rareza, no el pintor sino el dibujo, pues ya no los hace, y, menos, a plumilla...




En el año 2004 le pedí una colaboración para la revista Puerta del Sol de Historia de Medina Sidonia y no dudó en hacerlo con un artículo sobre un Romancero antiguo traducido al checo y donde aparece un Romance de Don Pedro el Cruel donde es citada Medina Sidonia.



En el año 2017 el MUSAC (Museo Arte Contemporáneo de Castilla y León) realizó la exposición Constelaciones. Poesía experimental en España (1963-2016) donde curiosamente se juntaron obras de dos amigos, Bouza como representante de las vanguardias de la poesía visual y de José Antonio Gómez Valera (GOVAL) artista actual y creador de innumerables metáforas visuales.




Siguieron los años y las cartas y los regalos y las llamadas y el cariño latente y patente, inalterable con los años.












En el año 2019 y aprovechando una visita a nuestro hijo, nuera y nieta en Valladolid intentamos hacerles una visita, que hubiese sido la última con Manolo vivo y al final por enfermedad repentina de Ximena no pudimos llevarla a cabo, una pena, hubiese sido una bonita despedida.

Carmina con la fuerza castellana que le caracteriza estuvo junto a Manolo en su enfermedad hasta el último día, con una actitud y entereza dignas de admiración.

Días antes de la Navidad del 2020 y en plena pandemia por el coronavirus Manolo abandonó este mundo, pero nos dejó la constancia de una vida plena de frutos e inolvidables recuerdos.

El periodista Rodrigo Pérez Barredo le hizo una preciosa semblanza de despedida en el Diario de Burgos, de la persona y de su obra, “El Capitán de las Estrellas” le llamó.




Nosotros tuvimos la fortuna de compartir momentos con personas tan sabias, buenas y cariñosas; y eso fue gracias a haber hecho la mili en Burgos, esa mili que si me hubiesen dejarlo elegir no habría hecho, qué oportunidad sin saberlo habría perdido, sin dudar mi vida, nuestra vida, hubiese sido otra más pobre.

Gracias Manolo, gracias Carmina.










Créditos de las fotografías:

1     Captura de pantalla de un vídeo de youtube de Enclaverevista donde Manuel Bouza Balbás habla sobre la revista Artesa
7    Fotografías del álbum fotográfico del Regimiento de Caballería España nº 11 (4 de ellas obtenidas en el blog                               retretaenburgos.blogspot.com 
2    Google maps
3    Diario de Burgos
73  Archivo Miguel Roa y Ximena Prieto





No hay comentarios:

Publicar un comentario