He encontrado en mi desván este libro "Ortografía - Método práctico" escrito por Antonio Cots y Trias publicado por la Editorial Cultura de Barcelona. Esta edición, la 34ª, es de 1951 y costaba 18 pesetas. Su dueño fue Rafael Falla. No recuerdo cómo llegó a mis manos, probablemente como regalo de un amigo.
El autor escribe un prólogo que termina de esta manera "Podemos asegurar que los resultados del sistema que sigue este libro, son inmediatos e insuperables. No se trata de un intento más, sino de un método especial, que hemos aplicado durante muchos años en nuestras aulas y cuyas excelencias han ponderado nuestros alumnos en los términos más halagüeños, al ver que con él realizaban, en un espacio muy corto de tiempo, su vehemente deseo de escribir correctamente en castellano".
Sin duda el método debe de ser bueno, al menos para los alumnos de aquella época porque en caso contrario no se hubiese editado al menos en 34 ocasiones. Y yo me pregunto, ¿si hay métodos eficaces para escribir correctamente por qué tantos alumnos de bachillerato o incluso universitarios siguen teniendo tantas faltas de ortografía?
¿Ya no se enseña en la escuela que al principio de una frase se empieza con mayúscula? ¿Que todos los nombres propios también se escriben con mayúscula? ¿Que "ha" y "he" si son tiempos del verbo haber se escriben con "h"?
Está claro que hay muchas personas, quizás demasiadas, que no tuvieron la oportunidad de estar escolarizadas suficiente tiempo para aprender a escribir bien, pero ahora los niños y jóvenes están escolarizados obligatoriamente hasta los 16 años y la mayoría permanecen aún más tiempo en el sistema escolar ¿por qué entonces salen de nuestras escuelas, institutos y universidades tantos alumnos con tan graves faltas de ortografía?
El messenger y el whatsapp están haciendo estragos con el español escrito, pero no se libran de estos disparates los exámenes u otros documentos escritos.
En el prólogo de este libro dice el autor "su vehemente deseo de escribir correctamente" y aquí viene el primer problema, los jóvenes (al menos en una parte importante) no anhelan escribir bien, les da igual y el sistema que intenta corregirlos al final claudica sin conseguirlo.
Dice el autor en otra parte de ese mismo prólogo: "El alumno debe asimilar las enseñanzas, no de una manera atropellada, sino poco a poco, progresivamente. Sólo así puede llegarse a dominar completamente una materia". O sea, que hay que trabajar, trabajar todos los días, ¿os imagináis cómo sería un ebanista que aprendiera su oficio simplemente viendo vídeos de youtube sin tocar nunca la madera?, estamos educando a personas para que jamás tengan que hacer un esfuerzo y sin esfuerzo no hay resultados. Las clases pueden ser más o menos divertidas, pero si no hay un trabajo por parte del alumno no se consiguen los resultados, es desalentador empezar demasiados días las clases desde el inicio de un tema porque los alumnos no recuerdan nada de lo hablado, explicado o exigido en las clases anteriores, me recuerdan constantemente a la película "Atrapado en el tiempo" también llamada en Hispanoamérica "El día de la marmota" donde el protagonista se levanta día tras día sin recordar nada de lo que hizo o pensó el día anterior y por tanto sin valerse de la experiencia de lo ya aprendido.
Cuando tenía 9 años tuve que ir desde mi pueblo natal. Huelma, a la capital, al instituto Virgen del Carmen de Jaén, para el examen de "Ingreso", el aprobado me daba la posibilidad de iniciar los estudios de bachillerato, era la prueba de que en la escuela había aprendido lo suficiente para seguir en la nueva etapa, en ese examen no podías tener faltas de ortografía si querías superarlo.
¿Y ahora qué exigimos? ¿cuándo exigimos? Es vergonzoso encontrarse con textos escritos por periodistas (personas que estuvieron al menos 6 años en la escuela, 6 en el instituto y al menos 5 en la universidad) en los principales diarios de este país que no distinguen la preposición "a" del tiempo verbal "ha".
A mi padre en el examen para el carnet de conducir le pidieron que escribiera la frase "Ahí hay un hombre que dice !ay¡" No sé cuantos se quedarían hoy sin el carnet si les pidiesen escribir una frase similar donde discernir la ortografía de varias palabras.
Echadle un vistazo al índice para ver la extensión y profundidad de este manual que fue utilizado en tantas escuelas, a propósito: éste no fue el que yo utilicé, pero utilicé otro, que es posible que pronto encuentre en mi desván.
En la escuela en Huelma (Jaén) en 1964.
(Fotografía realizada por el maestro D. José María)
Nuestro reloj despertador
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