Leer es bueno para adquirir cultura, leer una novela está bien visto, pero no siempre fue así. En los años 70 estaban de moda las novelas policíacas, las de terror o las del oeste y no eran muy bien vistos sus lectores.
Hoy encontré en mi desván esta novelita de Lou Carrigan editada por la editorial Bruguera que junto a los tebeos o comics era uno de los filones editoriales. Estos libritos, éste tiene un precio de 20 pesetas, eran muy populares entre gente no muy letrada y de clase más bien baja que acudía a los kioscos a comprar o cambiar una novela o un tebeo por uno que aún no hubiese leído. No es que todos sus lectores tuviesen este perfil pero eran los más numerosos. Muchos jóvenes estudiantes que no querían excesivas complicaciones mentales también sucumbían a estos relatos con historias que absorvían en poco rato.
En la contraportada se anuncia uno de los autores más populares de la época escribiendo novelas del oeste, nos referimos a Marcial Lafuente Estefanía que escribió y publicó infinidad de ellas, publicándose una nueva cada semana.
Estas lecturas a las que nos referimos eran de hombres, sí, era el público masculino el que las devoraba, las mujeres leían a Corín Tellado y las novelas de "amor" y es que hasta para esto había diferencias según se fuese hombre o mujer. Temáticas diferentes, autores diferentes, géneros diferentes...
Eran otras épocas pero que seguro muchos aún recuerdan.
Miguel Roa en 1977
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